Biblioteca Complutense

Don Quijote y los (nuevos) molinos de viento. 2

-¡Válame Dios! -dijo Sancho-. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinosde viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?
-Calla, amigo Sancho -respondió don Quijote-, que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos gigantes en molinospor quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas, al cabo al cabo, han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.
-Dios lo haga como puede -respondió Sancho Panza. (Don Quijote, I, cap. 8)
   

El País, 26 de octubre de 2009

El País, 31 de julio de 2001

Don Quixote de la Mancha, London, 1852

El País. 30 de abril 2005

 

Don Quixote de la Mancha, Madrid, 1782