Biblioteca Complutense

Eduard Pernkopf

Eduard Pernkopf
 

La figura del anatomista Eduard Pernkopf y su célebre Atlas de anatomía topográfica humana constituyen uno de los casos más paradigmáticos y controvertidos en la historia de la medicina del siglo XX. Reconocido durante décadas por su extraordinaria precisión anatómica y valor artístico, este atlas fue elaborado en el contexto del régimen nacionalsocialista, con la participación directa de su autor en la estructura ideológica y represiva del Tercer Reich. El hecho de que muchas de sus ilustraciones fueran realizadas a partir de los cuerpos de prisioneros políticos ejecutados sin consentimiento ha situado esta obra en el centro de un profundo debate ético y académico.

Más allá de su indiscutible calidad científica, el Atlas de Pernkopf plantea interrogantes fundamentales sobre los límites de la investigación médica: ¿Puede utilizarse conocimiento obtenido en condiciones inmorales? ¿Qué lugar ocupa el respeto a la dignidad humana en la producción científica? Y, en última instancia, ¿cuál es el papel de la memoria histórica en la enseñanza de la medicina?

En esta exposición, se propone analizar críticamente la obra de Pernkopf desde una doble perspectiva: por un lado, su relevancia científica en la anatomía médica; por otro, su relación con las políticas de exterminio del régimen nazi y las implicaciones éticas derivadas. A través de este análisis, se busca contribuir a una reflexión más amplia sobre los principios que deben regir la investigación anatómica y el uso del conocimiento médico en el contexto contemporáneo. El caso de Pernkopf, lejos de ser un episodio aislado, se convierte así en un recordatorio ineludible de que la ciencia médica debe estar siempre al servicio de la vida, la verdad y la dignidad humana.

 El Atlas de anatomía topográfica humana es una obra reconocida por su precisión y valor artístico, considerada durante décadas como uno de los mejores recursos visuales para el estudio anatómico. Sin embargo, este atlas está profundamente marcado por su vínculo con el régimen nazi, y su historia plantea uno de los dilemas éticos más inquietantes de la medicina moderna.

Como decano de la Facultad de Medicina de Viena tras el Anschluss en 1938, Pernkopf fue un ferviente nazi: expulsó a profesores judíos, promovió políticas de “higiene racial” y se benefició directamente del régimen. Su atlas, iniciado en 1933, fue elaborado durante el nazismo con la colaboración de ilustradores también afiliados al partido nazi. Muchas de las láminas fueron dibujadas a partir de cadáveres de prisioneros políticos ejecutados por el régimen, lo que fue confirmado por investigaciones posteriores.


El atlas de Pernkopf representa una contradicción brutal: es una obra científicamente valiosa, pero su creación se basa en violaciones fundamentales de la dignidad humana. El uso de cuerpos sin consentimiento –y procedentes de víctimas de la represión nazi– transforma esta obra en una anatomía del horror, por muy precisa que sea.

En los años 90, cuando se reveló el origen de los cadáveres, se abrió un debate aún vigente:

  • ¿Debe usarse un atlas que proviene de crímenes?
  • ¿Puede el conocimiento obtenido en condiciones inmorales tener cabida en la medicina actual?

Hoy, muchas instituciones médicas y académicas han decidido que, si se usa el atlas, debe hacerse con plena conciencia de su historia, acompañado de una explicación ética y un reconocimiento a las víctimas. Se desaconseja su uso si existen alternativas y se exige transparencia. Incluso se han desarrollado guías específicas, como el Protocolo de Viena, para tratar éticamente materiales médicos de origen problemático.

Este caso ha servido para reforzar los límites éticos de la medicina:

  • Todo estudio médico requiere consentimiento informado.
  • El respeto a la dignidad del cuerpo humano es irrenunciable, incluso después de la muerte.
  • El conocimiento no justifica los medios, por valioso que sea el resultado.
  • La historia médica debe enseñarse como memoria crítica, para evitar repetir errores.

La historia de Pernkopf y su atlas nos recuerda que la ciencia médica no puede separarse de la ética. La anatomía, como cualquier disciplina médica, debe fundarse en el respeto absoluto a la persona. El legado de su atlas no solo es un ejemplo de excelencia técnica, sino también una advertencia: la medicina que olvida su dimensión moral puede volverse cómplice de la barbarie.


Bibliografía